Escrito por Tommy Michael

Es un día triste en Tamarindo cuando un visitante de nuestro hermoso sitio de surf es severamente herido tras el ataque de un cocodrilo. Desafortunadamente, este ataque era inevitable, una fuerza de la naturaleza causada y perpetuada por un comportamiento ilegal y despreocupado del ser humano.

Yo soy un instructor de surf aquí en Tamarindo y surfeo en la boca del río todos los días. Durante mis 4 años de enseñanza del surf en Playa Tamarindo, pasando días enteros en el agua, día tras día, me he encontrado cocodrilos en las áreas recreativas de la playa sólo en unas cuantas ocasiones. En el pasado, la naturaleza explicaba estos avistamientos de cocos.

Una vez, había una masiva escuela de pecesillos en el borde de la costa y en la boca del río. El solo hecho de estar en el agua hacía que uno oliera a pez. Obviamente los cocos aprovecharían esa oportunidad para alimentarse e ir de cacería. Ese día saqué a mis estudiantes del agua con un coco como a 5 metros de distancia.

Más tarde, dos cocos más fueron vistos recorriendo el borde de la costa merendando de la presa fácil. En otras ocasiones, los cocos están en las olas y la naturaleza, una vez más, puede explicar su presencia ahí. Durante la fuerte estación lluviosa, el agua fresca del río diluye el agua salada del océano. Esto expande los campos de cacería de los cocos ya que ellos prefieren el agua salobre de los pantanos del manglar. Cuando el agua está más oscura debido a los escombros y el agua de lluvia, los cocos pueden salir de sus manglares en busca de comida a lo largo del borde de la costa. Eso es parte de la naturaleza, y un riesgo que es exceptuado por todos aquellos que entran al agua en esas condiciones.

Tenemos bastante suerte de tener el hermoso Parque Nacional La Baulas que está adyacente a Tamarindo. El parque es un verdadero punto de referencia de la belleza de Costa Rica. El problema que va en aumento y al cual nos estamos enfrentando acá en Tamarindo es el comportamiento ilegal e irresponsable de unos cuántos capitanes de botes que llevan a cabo ilegales ‘tours en la naturaleza’.

Estos caballeros se pasan el día guiándo turistas a los ríos del manglar y áreas protegidas, cobrando alrededor de $ 25 por persona. Este es un gran negocio y un paseo bastante agradable para cualquier visitante de Tamarindo.

Como en cualquier operadora de turismo, el negocio puede ser competitivo y por supuesto que cada turista quiere ‘sacarle el máximo provecho a su dinero’. Debido a la competitividad entre los negocios de turismo y la falta de supervisión por parte del gobierno, un puñado de esos capitanes han comenzado a garantizar avistamientos de cocos e incluso han llegado a ofrecer un espectáculo ‘secreto’ de cocos para las cámaras de los turistas.

Estos cocos han sido alimentados múltiples veces al día por los humanos y crecen más cómodos con la interacción entre ellos. El residente de Avellanas, Tim Babyak, le dijo al Weekly Crawler “Tan sólo dos meses atrás, yo estaba descargando mi moto acuática en el río y un cocodrilo de 9 pies ( 7,74 metros) estaba ahí. Tuve que tratar de quitarlo del camino con el remolque y él apenas se movió. Él se quedó ahí todo el rato y sin miedo. Eso no es bueno.”

Claramente, los cocos se están sintiendo más cómodos que nunca alrededor de los humanos. Recientemente, se publicó una foto en Facebook de un cocodrilo en medio de la calle principal de Tamarindo, en la noche, deteniendo el tráfico.

Crocodile in the middle of the road in Tamarindo

Cocodrilo en medio de la calle principal de Tamarindo,

Residentes de hace hace largo tiempo en Tamarindo dicen que nunca habían experimentado que los cocodrilos que se comportarán tan tranquilamente. Un visitante frecuente de Tamarindo y residente de Florida me explicó: “En Florida, cocodrilos o lagartos que han sido alimentados por humanos son matados porque simplemente es muy peligroso cuando estos animales asocian a los humanos con comida”.

De acuerdo con un reporte de Jocelyn Ugarte de Costa Rica Hoy y The Costa Rica Star Online, biólogos del Sistema Nacional de Conservación están al tanto de la situación de los reptiles en Tamarindo. No solamente se está alimentando a los cocos de manera ilegal, más el hábitat natural de manglar en el Parque Las Baulas se está expandiendo, como resultado la población de cocodrilos en general va en aumento. Jorge Hernández, un coordinador de protección de vida silvestre, recalca la importancia de darle espacio a estos animales y no alimentarlos en lo absoluto.

Este problema está lejos de ser resuelto y continuará siendo un peligro para los locales y los turistas por igual. Lo que se puede hacer ahora es terminar con la alimentación ilegal y con los ‘tours de naturaleza para ver cocos’ que suceden todos los días. Como visitante yo les sugiero que vayan a un tour del río y el manglar del Parque Nacional Las Baulas. Pero antes de ir entiendan que puede que no vayan ver al coco más grande del lugar, incluso puede que no vean ninguno. Respeten la naturaleza y su seguridad, pídanle a su capitán que no alimente reptiles durante el tour y si lo hacen, repórtenlo con las autoridades locales o con el agente que les ayudó a hacer la reservación.

Siempre es malo cuando unas cuantas malas semillas arruinan algo bueno para todos los demás. Tamarindo es un lugar genial para disfrutar de las olas y la naturaleza de manera segura, con respeto e inteligencia.

Traducción del artículo ‘Stop feeding the crocs’, escrito por Tommy Michael y publicado en The Weekly Crawler el 22 de julio del 2016. Traducido al español por Sheila Castillo. (Aclaración: Todas las opiniones manifestadas en el artículo son propias del autor).

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